Por: Josué David Zapata-Vázquez
EEntonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente. Y plantó el Señor Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Génesis 2:7-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
Una frase que se repite en el primer capítulo de Génesis es: “Y vio Dios que era bueno”.
En primer lugar, dice que “Y vio Dios que la luz era buena”. En ese momento que Dios decide separar la luz de las tinieblas. Cuando Dios crea los cielos y la tierra, la tierra tenia una condición inicial que se divide en tres. La tierra estaba sin orden, sin definición, sin límites. La tierra estaba también vacía, sin vida de ninguna clase, sin vegetación, sin animales. La tierra estaba en tinieblas, sin iluminación de ningún tipo, sin belleza. Dentro de esa falta de orden, de ese vacío y de esas tinieblas estaba el Espíritu de Dios moviéndose sobre la superficie de las aguas como un ave que revolotea sobre sus polluelos. Es en ese contexto donde Dios dice que sea la luz y fue la luz. Es importante notar que Dios no hizo la luz, Dios dijo que la luz fuese. En una versión castellana conforme a la tradición judía lo dice de esta manera:
Y dijo Dios: “Que haya luz”y hubo luz.
Génesis 1:3 La Biblia Hebreo-Español por Moisés Katznelson
Aunque no menciona que ni la luz ni las aguas fueron creadas, podemos deducir del texto bíblico que las aguas están contenidas dentro de la creación de la tierra. No así la luz ya que en ningún momento es creada, solo es llamada a aparecer. Es interesante notar que ni el sol ni las estrellas habían sido creadas en este punto por lo que muchos eruditos concluyen que «Esta luz irradia de Dios mismo». Entonces debemos resaltar que lo primero que llenó la tierra fue de la presencia de Dios. En Apocalipsis al final de los tiempos no necesitaremos de la iluminación de los astros celestes pues se restaurará la realidad del primer día cuando dice:
Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.
Apocalipsis 22:5 La Biblia de las Américas (LBLA)
En segundo lugar, cuando Dios crea la expansión de los cielos y separa la tierra de los mares vuelve a decir que “y vio Dios que era bueno”. Dios creó primero el planeta tierra antes que todas las estrellas. Había un propósito especial en este lugar que estaba creando diferente al resto del universo.
Muchos pudieran pensar que el valor que tiene el planeta tierra es su vegetación y los animales que habitan en él. Pero es importante notar que ni la vegetación ni los animales habían sido creados hasta este momento, por lo que podemos concluir que lo que intrínsecamente hace que sea bueno el planeta tierra no es su vegetación ni sus animales sino la apreciación misma de Dios hacia su creación. Dios es el que define y da valor a lo que es bueno.
En tercer lugar, cuando Dios crea
El Quebrantado Exégeta (EqEx) 